¿Es usted de los que cree que al comprar barato, ahorra dinero?
La cultura, la situación económica actual, entre otros factores, nos llevan a adquirir productos económicos frente a otros “más costosos”, creyendo que estamos ahorrando dinero. Sin embargo, si usted es de estas personas, ya se habrá dado cuenta que este tipo de productos cuentan en su mayoría con un bajo rendimiento y calidad, obligándolo a adquirir otro producto o piezas costosas en poco tiempo, aumentando sus gastos y bajando su productividad; todo esto sin mencionar el terrible daño medioambiental que se genera al producir masivamente estos productos de baja calidad y al desecharlos frecuentemente cuando se dañan.
Un estudio realizado en España, determinó que al aumentar las compras de productos baratos se produjo un descenso de la calidad de los productos.
Una reconocida autora Estadounidense, comparó este fenómeno con las consecuencias para la salud del descenso de la calidad en los productos alimenticios; afirmó que “Somos lo que comemos y lo barato puede ser sinónimo de perjudicial”. Llevando esta afirmación a todos los campos, sabemos que lo barato, siempre saldrá caro.
Sin embargo, debido a que la oferta, lo único que hace es adaptarse a la demanda, la verdadera responsabilidad es del consumidor más que del fabricante. Teniendo esto en cuenta, debemos comenzar a tomar unas prácticas de consumo más responsables, siendo más exigentes con la calidad de lo que adquirimos.
Cuando compra de mala calidad con la intención de ahorrar, con el tiempo tendrá que comprarlo de nuevo. Adquiera productos de mejor calidad, aunque sea más “costoso”. Al final se dará cuenta que ahorró más.