Debido a la creciente importancia de las construcciones sostenibles con el fin de reducir el impacto que estas dejan en el medio ambiente, el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos (Green Building Council), desarrolló un sistema de certificación para edificios sostenibles llamado LEED (Leadership in Energy and Environmental Design). Este sistema analiza y verifica si un edificio o construcción empleó los parámetros adecuados para la reducción del impacto medioambiental.
Dicho certificado, aplicable a cualquier tipo de construcción, ya sean nuevos edificios, grandes remodelaciones, mantenimiento de edificios existentes, remodelación de interiores, estructuras y fachadas, escuelas, centros comerciales, edificios hospitalarios, entre otros, requiere la incorporación de aspectos tales como la creación de un entorno saludable y sostenible, eficiencia en el uso del agua, energía y cuidado de la biodiversidad, aprovechamiento de los materiales y recursos que se encuentran en las regiones circundantes a las construcciones y el mejoramiento de las condiciones ambientales al interior de cada construcción.
Aunque el certificado LEED es voluntario, cada día más propietarios y grandes contratistas lo exigen ya que permite optimizar la operación y los costos de mantenimiento en los edificios, ayuda a promover procesos inteligentes, eficientes, rentables y saludables, aumenta el valor de una propiedad, entre muchos otros beneficios.
Además de crear sistemas y procesos sostenibles, para obtener el certificado LEED se requiere que el uso de materiales también sea medioambientalmente responsable y que contribuya al desarrollo de una industria sostenible y viable. Esta es la razón por la que muchos fabricantes y distribuidores están ofreciendo materiales y productos “LEED” para la construcción.
Pero, ¿Qué características deben tener estos materiales y productos?
En la categoría LEED llamada Materiales y Recursos, se promueve la selección de materiales y procesos tales como reciclados o con contenido reciclado, producidos regionalmente, de rápida renovación natural, de bajo impacto medioambiental, entre otros.
En esta categoría también se validan procesos tales como el aprovechamiento de estructuras mediante la reutilización y conservación de las mismas, la reutilización de alfombras, paneles de cielo raso, bloques de vidrio, pisos de cerámica, mobiliario, puertas y divisiones para escritorio, el reciclaje de materiales típicos como residuos de trabajos de mamposteria, materiales como cobre, acero y aluminio, cerámicas, entre otros.
