Qué tipo de cerámica elegir

Cada tipo de cerámica tiene un uso y una forma de trabajo y colocación diferentes.

En nuestra publicación anterior mencionamos los diferentes tipos de baldosas y sus rasgos básicos, así como también el ambiente y superficies más propicias para su instalación. Esta vez queremos mencionar sus aplicaciones más comunes.

Por una parte, los azulejos, destinados para revestimientos, son usados especialmente en cocinas y cuartos de baño. Es aconsejable su aplicación en interiores o algunos exteriores sin riesgos de heladas. Aunque se debe tener en cuenta las condiciones del soporte y el espacio a revestir, los azulejos son compatibles con todas las técnicas de colocación, siendo cuidadosos en mantener una junta mínima de 1,5 mm con el fin de conseguir una sensación de continuidad en el revestimiento.

Las baldosas de gres, a diferencia de los azulejos que son aptos para cocinas y baños, normalmente se instalan en cualquier espacio de zonas residenciales gracias a su alta resistencia. Para la colocación de estas baldosas se debe determinar, según su tamaño, cuál técnica es la más apropiada, es decir, la técnica de capa gruesa o de capa fina. Por ejemplo, si el formato de las baldosas es inferior a 30×30 podremos utilizar la técnica de capa gruesa, pero si es superior lo más recomendable es usar la técnica de capa fina, manteniendo siempre un ancho mínimo de junta de 1,5 mm.

El Gres porcelánico, por su parte, puede ser utilizado tanto en revestimientos como en pavimentos. Su alta resistencia permite su uso en zonas residenciales o comerciales de gran tránsito, así como también en zonas de heladas frecuentes. Su variada gama de colores hacen que este material sea perfecto para trabajos de interiorismo y decoración. Para su instalación lo primero que se debe tener en cuenta es el adhesivo que se va a emplear, siendo recomendables los de alta adherencia tales como materiales cementosos con resinas poliméricas o adhesivos de reacción.