El acero inoxidable es una aleación que revolucionó la ingeniería y la industria de la construcción moderna. Es conocido por su resistencia y durabilidad, siendo usado incluso para diseños arquitectónicos que destacan entre lo común.
Sin embargo, a pesar de estas propiedades, a este metal de alta duración le afecta el paso del tiempo, así como condiciones climáticas, cambiando su color natural a un negro opaco.
Prodiamco le contará por qué se ennegrece el acero inoxidable y algunos tips para evitar y contrarrestar esta situación.
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Composición del acero inoxidable
Primero, conozcamos las composiciones químicas y físicas de este material.
Es una aleación de hierro con cromo, níquel y otros elementos. Su principal característica es su alta resistencia a la corrosión, gracias a la formación de una capa protectora de óxido de cromo.
Esta capa evita que el hierro se oxide y le da un aspecto brillante al metal
¿Por qué se ennegrece el acero inoxidable?
Se ennegrece cuando sufre un proceso de oxidación que afecta a su capa de óxido de cromo. Esta capa es la que le confiere su resistencia a la corrosión y su brillo característico. Sin embargo, hay ciertos factores que pueden dañar o destruir esta capa, dejando al descubierto el hierro que contiene el acero.
Estos pueden ser el contacto con otros metales que tengan un potencial anticorrosivo menor, como el hierro o el acero al carbono. Esto provoca una reacción electroquímica que hace que el acero inoxidable se corroa y se forme óxido de hierro de color negro.
Otro factor es la exposición a agentes corrosivos, como el cloro, los ácidos o los sulfuros, que pueden atacar la capa de óxido de cromo y generar grietas o picaduras en el metal.
También puede influir el desgaste por fricción, que ocurre cuando se somete a movimientos repetitivos o a altas temperaturas. Esto puede provocar la pérdida de la capa de óxido de cromo y la formación de óxidos negros por la fricción con el aire o con otras superficies.
Además, puede ennegrecerse por la falta de limpieza o mantenimiento, que favorece la acumulación de suciedad, grasa o partículas de óxido ajeno que deterioran el metal.
¿Cómo evitar que el acero inoxidable se ponga negro?
El acero inoxidable se puede proteger de la oxidación y el ennegrecimiento mediante el proceso de satinado.
Este es un tratamiento de pulido que se aplica sobre la superficie del metal, creando una capa de óxido de cromo que le confiere resistencia y brillo. También mejora el aspecto estético, dándole un efecto cepillado con finas líneas paralelas.
El proceso cuenta con varias ventajas sobre otros métodos de protección del acero inoxidable. Por un lado, es sencillo y económico. El satinado no altera las propiedades mecánicas ni químicas del acero inoxidable, sino que las preserva y las realza.
¿Cómo realizar el satinado sobre acero inoxidable?
Para realizarlo, se necesita una herramienta especial llamada satinadora, que es una especie de rectificadora de banda.
La satinadora está equipada con un motor potente y un cabezal con discos abrasivos intercambiables, que giran a alta velocidad sobre la superficie del metal. Permite ajustar la velocidad, la presión y el sentido del movimiento, según el tipo y el grado de acero inoxidable y el acabado deseado.
Es importante elegir la satinadora adecuada para cada trabajo, teniendo en cuenta la potencia, el tamaño, el peso y la ergonomía de la herramienta. También se debe seleccionar el disco abrasivo adecuado, según el grado de rugosidad y el material.
Además, se debe utilizar la satinadora con cuidado y precaución, siguiendo las instrucciones del fabricante y las normas de seguridad. Así, obtener un resultado óptimo y duradero.
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