El mármol es un material muy empleado tanto en construcción y diseño residencial como comercial gracias a su belleza natural y durabilidad; sin embargo, estas características solo se podrán mantener con los cuidados apropiados especialmente en el caso de la limpieza.
En el caso del mármol en suelos, se debe tener en cuenta que éste necesita un barrido y aspirado regular, además de una limpieza con trapero medio húmedo y con líquidos especiales para este tipo de material, ya que los parches de suciedad acumulados lo pueden hacer cambiar de color.
Absténgase de usar limpiadores con un alto PH ya que éstos productos pueden hacer que la superficie se raje y pierda su color y brillo. Evite el contacto con agentes químicos como los ácidos.
Por otro lado, las juntas y surcos entre los azulejos o placas de mármol, son propensos para la acumulación de bacterias y suciedad; por ello, es necesaria una correcta limpieza con un cepillo suave humedecido con agua caliente y un poco de detergente neutro o detergente higienizante. Los residuos que queden deben ser eliminados con una toalla limpia y seca.
Otro lugar en el que el mármol suele ser protagonista, es en las encimeras y mobiliario de cocina y baños. Debido al uso que el material recibe en estas áreas, puede perder pronto su belleza y brillo. Es importante mantener secas y limpias estas superficies pasando un paño húmedo. Realice además una limpieza periódica con un poco de limpiador y abrillantador de mármol.
Actualmente, existen limpiadores altamente concentrados, lo suficiente fuertes para limpiar manchas difíciles, pero también lo suficientemente suaves para el mantenimiento diario.
Es recomendable, además, que cada año o dos, se haga una limpieza profesional de estas superficies en la que se realice un adecuado abrillantado del suelo. Este proceso proporciona un brillo espectacular y duradero, realzando la belleza natural de la piedra y garantizando la máxima protección durante un largo periodo de tiempo.