En la Universidad George Washington, la empresa española Onix Solar instaló el primer suelo fotovoltaico transitable del planeta.
Con el fin de aprovechar la mayor cantidad de radiación solar en determinado espacio, para convertirla en energía incorporando paneles fotovoltaicos en todos los lugares posibles, Onix Solar creó esta superficie que consiste en una serie de baldosas antideslizantes y semitransparentes por las que se puede transitar sin ningún problema, y que además, convierte la radiación solar en energía renovable y limpia.
El nuevo suelo solar, se encuentra ubicado en el Campus de Ciencia y Tecnología de esta Universidad.
Dentro del suelo fueron instalados semiconductores que generan una potencia total instalada de 400 Wp, suficiente para alimentar las 450 luces leds que iluminan las mismas baldosas.
Esta innovadora implementación abre las puertas a una alternativa más ecológica en cuestiones de diseño y arquitectura sostenible en espacios urbanos.